El cielo no tiene estrellas

Me resulta muy extraño eso de no ver las estrellas cada noche en el cielo, no comprendo como la gente no las ve! pero es logico, mi vida ahora gira entorno a ese manto negro cubierto de perlitas brillantes, grandes y pequeñas...será porque un día cambié de lugar y todo fue nuevo para mi.
Era muy pequeña, recuerdo vagamente al medico que me visitaba todos los días en mi apartamento, o al menos a mi me parecían todos los días, pero casi con seguridad era un par de veces al mes, recuerdo que me hacía tumbarme en el sofá y me pinchaba en el trasero con una aguja que a mis pocos años me parecía enorme, y creo que con toda seguridad, era bastante grande.
Aún así no perdía nunca la sonrisa, esa quizás es una de las peculiaridades de mi forma de ser, que apesar de estar triste siempre tengo una sonrisa en los labios, soy capaz de reir y bromear y apartar mis problemas temporalmente.
Pero precisamente por esa razón, mis enfermedades se hacían mas llevaderas, el aire de Madrid no está hecho para ésta pequeña personita, por lo que hubo un momento que para mis padres era insoportable, no había fin de semana que no cayera enferma, que no alcanzara los 40 grados de fiebre, que no viniera el medico a pincharme...un día anunciaron que me operarían de la garganta con urgencia y mis padres vieron la salida a los problemas de salud.
Yo sentí miedo, tenía 7 años, ¿qué era operarse? no comprendía nada, pensaba que sería lo más horrible del universo, volví a casa bastante preocupada, pero como siempre, no se me notó, desde mi ventana intentaba ver muchas veces el cielo, ver esas estrellas de las que me hablaban en el colegio, pero nunca habia suerte, a veces parecía que se veía algo brillante en el cielo, mi madre me decía que era papa noel, que absurdo! pienso yo ahora, pero era pequeña y eso me parecía fabuloso.
Y fue entonces cuando nos llegó la noticia: Mis abuelos se iban a vivir a un pequeño pueblecito de la sierra, en un chalet con jardin, eso era aire puro, ¿porqué no la mandamos allá? quizás el aire la venga bien...se preguntaron mis padres, y así fue como me llevaron allí, recuerdo que nada más llegar, me hice un lio con los cordones de mis zapatillas y caí al suelo de bruces, ni siquiera lloré, una herida! la primera en casi toda mi vida, pero entré alegre a aquella casa tan grande con 2 plantas.
Esa noche fue la primera que vi las estrellas, y aquello me fascinó por completo, eran millones! apenas habia luz que estorbara mi visión, ahora sabía que mamá mentía cuando decía que era papá noel, pero aquello ra mil veces mejor que aquel hombrecillo vestido de rojo que nisiquiera me traía cosas en navidad.

si..aquella fue la primera vez que vi las estrellas, y con ellas convivo cada día de mi vida, desde los 7 años, no se lo que es no verlas, no puedo imaginar una vida sin ellas, gracias a las estrellas, al aire, o simplemente a la felicidad que experimenté, me curé por completo, y allí me quedé, aspirando el olor de la lluvia en verano, las flores de mi abuela, rosas casi todas, pero también pensamientos, orquídeas, una mimosa...en plena primavera todo aquello parecía un sueño florido que jamás había contemplado, correr por la calle sin miedo, jugar a la pelota por la noche con amiguitos nuevos, la primera vez que monté en bici y caí a unas zarzas, ese dolor que sentí al enredarme con ellas y quedar atrapada...ese aire tan puro que jamás encontraré en otro lugar más que aquí, un pequeño lugar que se me asemejaba a un bosque repleto de hadas y unicornios.

Un lugar donde tumbarse a ver el cielo hasta caer dormida arropado por su suave y atereciopelado manto negro perlado, lo que más me gustaba a mi en todo el mundo.